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No es que con la llegada de la crisis se dé por mentir en los curriculums, sino que es ya una cosa que viene de hace mucho tiempo. Lo que sí es cierto es que con el aumento del desempleo y la necesidad de conseguir un trabajo, el aumento de los curriculum en que encontramos mentiras ha subido considerablemente.

Una cosa es mentir en algo y otra diferente el maquillar lo que pones o ponerlo de forma que suene diferente a lo que realmente significa. Por eso, en muchas ocasiones, los reclutadores dudan de si lo que aparece en los curriculums es verdad o mentira, porque ya hay auténticos profesionales en esto del dar una doble cara al curriculum.

Si consideramos que el curriculum debe constar de una parte de datos personales, otra de formación, otra de experiencia laboral y una última de conocimientos varios, está claro que en cualquiera de las cuatro partes el que lo hace puede mentir.

En los datos personales no suele ser habitual, más que nada porque por ejemplo la edad, en el momento que se enseñe el DNI ya se ha pillado la mentira. El decir que resides en una localidad diferente a la cual estás residiendo tampoco es que sea una gran mentira.

Las mentiras empiezan en el apartado de la formación. Títulos de estudios no realizados. Haber terminado unos estudios que no se han acabado. Haber realizado cursos de formación en diferentes centros, ya sean privados como públicos, que sirvan para agrandar la formación recibida. O, sencillamente, mentir en todo. Eso ya es más complejo porque engañar en todo lo que haya en este apartado no deja de ser una tontería ya que en el momento que se ponga en su puesto de trabajo, se va a notar mucho.

En cuanto a la experiencia laboral se puede mentir en cuanto a la/s empresa/s en las que has trabajado anteriormente, en cuanto al tiempo que has estado en ellas, incluso en los puestos que has desempeñado y las funciones que hacías en ellos.

Uno de los apartados donde se puede mentir más es en el de la información complementaria. Lo más socorrido son los idiomas así como los conocimientos de informática. Y es que mayoritariamente todos los españoles tenemos un alto nivel de inglés, cosa que es realmente extraño. No digamos ya la informática que el tener una cuenta de Facebook abierta implica tener un master en nuevas tecnologías.

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