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No tomes las conclusiones de tu mente como sentencias
Tendemos a creernos todo aquello que nuestra mente percibe. Muchas veces interpretamos mal el entorno, a la gente, las situaciones… Creamos problemas que no son reales o acrecentamos aquellos que no tienen importancia. Si dejamos de darle tanto poder a la mente, es muy posible que aprendamos a ver el mundo con una mirada relajada, y a no generar amenazas de la nada.