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El éxito de la economía colaborativa gracias a la crisis

La economía colaborativa se ha puesto cada día más de moda desde la llegada de la crisis pero, lo que es más importante, se ha extendido a todos los ámbitos de la vida y a todos los sectores de actividad.

Si inicialmente se convertía en una nueva forma de trabajar diferentes profesionales con diferentes actividades que compartían local para compartir y, por consiguiente, reducir costes, ahora hablar de economía colaborativa alcanza el mundo del viaje o el mundo del alojamiento.

Tanto el ahorro de costes de compartir un servicio como el tener contacto directo con otros profesionales son factores muy interesantes que se esconden detrás del éxito de la economía colaborativa.

Este tipo de economía, por muchos definida como economía social, tiene uno de sus puntos fuertes por ejemplo en la actividad del transporte.

Si nos centramos por ejemplo en el coche, por todos es conocida la marca BlaBlaCar que se dedica frente a la necesidad de que cada viajero de ese coche lleve el suyo de forma individual. Básicamente es el uso compartido del coche en viajes.

La firma Uber por ejemplo, declarada ilegal en España ante la denuncia del gremio de taxistas, lo que proponía era que un particular compartiera su vehículo para trasladar a otro a cambio de un precio antes marcado en ciudades, lo cual si que era un servicio profesional en sentido estricto ya que no hay un fin de ahorro de costes sino el de obtención de un lucro.

Otro servicio que se está poniendo muy de moda en grandes ciudades es el ‘carsharing’ que no es otra cosa que alquilar vehículos por horas. Está llegando el auge a tal punto que ya se ha creado la Asociación Española de Car-sharing para dar cada vez más apoyo al vehículo compartido.

En tren sucede algo similar ya que Renfe ha puesto al servicio de los clientes las tarifas de Mesa: que cuatro clientes se unan para el mismo viaje compartiendo la misma mesa y se ofrecen rebajas en los billetes en ocasiones de hasta un 60% del precio individual.

Otro aspecto de la economía colaborativa muy conocido es el denominado como ‘coworking’, en el cual lo que se comparte es el espacio físico de trabajo compartiendo gastos comunes con lo cual se puede realizar la actividad propia de forma más económica que si se alquilase un espacio físico individual. Una forma muy escogida por emprendedores o profesionales que se lanzan al mundo laboral con pequeños proyectos empresariales.

Por último el tema de alojamiento, donde ya encontramos webs como Airbnb, Windu o Homeliday que alquilan viviendas permitiendo la contratación en grupos, lo cual abarata de forma considerable este apartado al cliente final.

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