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Clónico del Peugeot 4008, el Citroën C4 Aircross es, en realidad, un Mitsubishi ASX con ligeros cambios estéticos, sobre todo externos.

Dicho de otro modo: rivaliza con todocaminos compactos como los Ford Kuga, KIA Sportage, Nissan Qashqai, Renault Kadjar o Volkswagen Tiguan, aunque sus compactos 4,34 metros de largura también le permiten arañar clientes del segmento inmediatamente inferior, por ejemplo los que valoran el Opel Mokka.

Su carrocería monocasco de 5 plazas (bastante aceptables, junto a un correcto maletero de 442 litros) es, salvo por el diseño del frontal y la zaga (sobre todo paragolpes, faros y pilotos, diseño de llantas, ventanilla fija trasera…), la del ASX. También su interior, que excepto por el volante y algún otro detalle es simétrico.

Al respecto, resulta sobrio, pero materiales y ajustes le permiten una apariencia robusta y aparentemente duradera. En la variante más accesible probada, el nivel Attraction (exclusivo del único propulsor de gasolina en la oferta C4 Aircross) que se corresponde con la ficha técnica sobre estas líneas, el volante carece de forro de cuero (es de plástico), las llantas son de acero con tapacubos, no hay barras de techo y no puede ni contar en opción con Bluetooth. El conjunto se ve un tanto pobre…

Atención a las ofertas

De ahí que convenga estar atentos, pues por ejemplo en estos momentos la marca ofrece el acabado Seduction desde 19.500 eurosy bastante mejor dotado: Connecting Box (puerto USB, Bluetooth…), llantas de aluminio, retrovisores abatibles eléctricamente, climatizador manual (no lo hay digital en toda la gama, y además los mandos, aunque grandes, quedan bajos y alejados de la vista), alumbrado LED diurno, sensores de lluvia y crepuscular o asistencia en carretera durante ocho años vienen incluidos en esa tarifa.

Sobre motores, hemos analizado con detenimiento el de gasolina 1.6 de 117 CV y 154 Nm. Es aspirado o sin turbo, y teníamos interés en él porque, a menudo, mecánicas así, suaves y suficientes para ir tranquilos, resuelven la utilidad cotidiana cuando no se realizan grandes kilometrajes. Y es que un turbodiésel equivalente, en este caso el 1.6 HDi de 115 CV/280 Nm como el anterior ligado a una caja manual (de 5 marchas el primero y de seis el segundo) y a la tracción delantera 2WD, supone un extra de 990 euros igualando equipamientos (ó 1.280 euros de salto entre el gasolina y el diésel más asequibles).

El último, sin ser un «tiro», despliega mayores aceleración y, mejor aún, reprís al adelantar o superar largos repechos, pero ojo: atendiendo al gasto oficial y al precio de los combustibles, hay que hacer 45.000 km antes de empezar a amortizar la diferencia, para muchos 5 años de uso.

Fuente http://www.abc.es/

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