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La Toscana es el lugar soñado por muchos italianos para retirarse, descansar y disfrutar de los placeres de la vida. La revista Conde Nast Traveller ha seleccionado 10 de los pueblos más bonitos de esas campiñas donde brota la vid y el cereal de manera fértil. La lista sería infinita, pero esta selección merece todos los respetos:

San Gimignano: Pueblecito hiperturístico conocido como el Manhattan de la zona por su skyline. Piedra a raudales, iglesias atractivas a mansalva y plazas con encanto plagadas de pizzerías y heladerías.
Montepulciano: Mezcla fantástica de lo medieval y lo renacentista. Es inevitable plantarse ante su ayuntamiento y no pensar en el Palazzo Vecchio de Florencia, o mirar su desconchada catedral y no acordarse de Bolonia.
Volterra: Capital de la vieja civilización etrusca y otro orgullo medieval para la región. Murallas, museo arqueológico, un teatro romano, una fortaleza Medici, un palacio medieval con pinacoteca incluida y hasta un Duomo.
Monterrigioni: Este pedazo de paraíso pegado a Siena aúna una preciosa colina, y una imponente muralla con forma circular y con unas torres que imponen. Sirvió de plató para películas como “La vida es bella” o “Gladiator”.
Pienza: La ciudad renacentista más pequeña del mundo. Ejemplo de urbanismo y belleza en el Siglo XV. Destacan el palazzo Piccolomini o su geométrico Duomo.
Montefioralle: Medievo en pura esencia, calles empedradas hasta los topes y tiendecitas de artesanía auténtica. Pero sobre todo es vino, es Chianti, el clásico de la Toscana.
Pitigliano: Sobre un acantilado de vértigo, desafiando a la gravedad se le conoce como el Jerusalén de la Toscana por su potente combinado de restos etruscos, patrimonio renacentista y una importante comunidad judía.
Montalcino: Parece un pueblo perfecto, con pintorescas murallas que culminan en la Fortezza, controlando desde lo más alto. La guinda del pastel la ponen los clásicos toscanos, es decir, su catedral, su ayuntamiento, su palacio pintón y su Loggia.
Giglio Castello: En pleno mar Tirreno esta la isla de Giglio y aquí este pueblo, su principal reducto del pasado. Este enclave destaca por estar rodeado de un paisaje 100% mediterráneo y por su gran estado de conservación.
Anghiari: Famoso por una batalla y por sus calles inclinadas. El resto lo ponen los decorados: casas centenarias, torres defensivas y algún que otro campanario.

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