Aragón es un mar de culturas. En esta tierra puedes elegir entre sus extremos. Para los que les gusta las alturas, sus pueblos serranos conviven a la perfección con la abrupta naturaleza. Por el contrario, los pueblos del llano y el valle ofrecen murallas, castillos e historia. Un contraste de estilos de vida, urbanismo y de atractivo turístico y gastronómico.
Destacamos 8 de sus pueblos más bonitos aunque como siempre nos hemos dejado alguno fuera de la lista:
Sos del Rey Católico: Ejemplo de lo mejor que ofrece la arquitectura civil y religiosa de nuestro país.
Daroca: Precioso. Más de 4 kilómetros de murallas perfectamente conservadas. Un barrio de la judería espectacular.
Albarracín: Imprescindible en todas las listas de España. Ejemplo de pueblo con encanto y de ensueño.
Loarre: Un pueblo con ¡un castillo de película! Y tal vez la construcción románica defensiva más importante de Europa.
Ansó: Un homenaje hecho pueblo a las construcciones de montaña, a las casas grises y bonachonas. Armonioso y bien conservado.
Aínsa: Homenaje a la piedra y a sus infinitas posibilidades constructivas. Su castillo, en el que destaca la sorprendente Torre del Tenente, la Iglesia de Santa María, su plaza mayor…
Valderrobles: Espectacular. Su atractivo no es solo conservar intacta su arquitectura popular, con calles empinadas adornadas con flores y balcones. También está en los monumentos que se recorren en este éxtasis rural y pedregoso.
Alquézar: Vistas impresionantes. La Colegiata-Castillo de Santa María es su edificio más emblemático.
Tarazona, Benasque y su valle o Calaceite son lugares que sin duda merecerían aparecer en esta lista elaborada por el portal gastronómico alacartaparados.com.