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Las cifras de turistas pese a la crisis no han dejado de crecer en los últimos años, siendo una de las causas de esto la proliferación de los denominados vuelos baratos, vinculados inicialmente a las compañías aéreas low-cost, pero ahora ya generalizados a todo tipo de líneas aéreas.

Las que ya son compañías low-cost enarbolan los bajos precios de los billetes que ofrecen como medio de captación de clientes. Las compañías tradicionales que inicialmente no trabajaban este tipo de vuelos baratos, se han visto obligadas a entrar en este segmento ante la pérdida de viajeros a manos de las low-cost, con lo cual es habitual el ver este tipo de billetes en prácticamente en cualquier compañía.

Un ejemplo es como hace unos días ha lanzado al mercado Iberia un portal de subasta online de billetes de avión, con más de 100.000 usuarios registrados el primer día, y que es una clara herramienta para competir con los vuelos baratos.

Este tipo de vuelos vinculados a aerolíneas de las denominadas baratas, llevan aparejadas algunas limitaciones con respecto a las aerolíneas tradicionales, como por ejemplo el límite de carga a subir por pasajero, la ausencia de servicio de catering o cualquier otro tipo de servicio o producto prescindible y que ayude a abaratar el precio de los billetes. Y es que a fin de cuentas, el servicio principal de un vuelo es trasladar a alguien de un sitio a otro y, el resto, es prescindible o sustituible.

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